Desvariando
¿Qué les puedo contar? Finalmente se dió un pequeño encuentro entre nosotros. El me buscó la vuelta y realmente yo anhelaba tanto o más que él, que eso pasara. Llegó como siempre, como un torbellino, justo como yo lo quería. Entre besos y caricias nos fuimos sumergiendo entre la lujuria, fuimos descubriendo cosas nuevas. Descubriendo un poco nuestros cuerpos, sintiendo que nos pertenecíamos uno al otro. Luego de todo ese rato de esa pequeña locura en la oscuridad de la noche que estaba ausente de energía eléctrica, me comenzó a reclamar en inglés, porque él quería ir a un lugar donde podíamos experimentarlo todo tranquilamente y con toda la libertad. Me quedé en deuda, según él. Un tierno beso culminó la faena y yo sin poder creer que eso había pasado. Me quede con el olor de su perfume impregnado a mí piel. Intente calmar mi mar de emociones e intenté dormir pero, fue fallido. Solo pensaba una y otra vez en sus besos, en sus labios, en su lengua entre mis piernas, en su miem