Un nuevo enfoque

Luego de pensarlo mucho, le escribí para ponerme al día con sus cosas y porqué no, también saber si tenía repuesta en su vida. Todo fluyó normal, se mantuvo muy parco y se limitó a contestar solamente lo que le preguntaba. Si, fue una conversación tipo preguntas y respuestas, algo de lo que ya estaba acostumbrada hace años. Y en el momento exacto le pregunté sobre la reanudación de nuestros encuentros. Al principio lo noté un poco desanimado, solo me mencionó que se acerca su cumpleaños y aunque yo lo quería ver ya, esperar una semana para compartir con él su día especial no me pareció tan mala idea.

Debo entender que frené todos sus instintos carnales de las noches aquellas que tuve su bien recibida visita y pues él esta en un punto de su vida que no quiere rodeos, solo obtener lo que quiere y si le gusta, repetirlo las veces que sean necesarias. Así que le ofrecí mis servicios como chofera para que pueda beber a sus anchas durante su natalicio. Por supuesto que aceptó la iniciativa y pues de manera sutil le dije que iba a correr con todos los riesgos que implicaría ser chofera de un hombre borracho con el que ya he tenido encuentros medianamente salvajes. Él se sorprendió pero igual de alguna forma le gusto que fuera así.

Y así las cosas, toda la conversación culminó con la gran cita dentro de una semana. Pero tenía una angustia, necesitaba demostrarle que era genuino mi nuevo “approach”, tomé valor e hice algo que pensé que nunca haría, utilicé un fragmento de una de sus últimas poesías e hice un arreglo con una fotografía de mi torso medio desnudo y pues él quedó encantado, terminamos en un tipo de sexo virtual, intercambiando imágenes íntimas mientras nos sumergíamos en nuestras ganas de devorarnos en persona.

Fui arriesgada, nunca me imaginé haciendo esto porque siempre lo he visto como algo más que sexo pero necesitaba ese gancho para llamar su atención completa e intentar motivarlo de una vez y por todas. Quería levantarme hoy con un mensaje suyo, sorprendido por lo sucedido, quizás hasta alagando mi intimidad pero como de costumbre, eso no ha ocurrido y ya son las siete de la noche. Mi mente saboreó la idea de que se diera esa conversación y tener la oportunidad de invitarlo a salir de manera “light” para comenzar a encender la chispa del día de su natalicio. Realmente sigo intentando de todo y no termina de caer en mis brazos. Es como si el universo conspirara para que no pase nada entre nosotros, para que no haya un mañana. Y yo aquí entre insistir o desistir y el hueco en mi pecho regresando una vez más.

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