Signing My Blood...

Ya se acabó el noviembre cálido y lleno de ilusiones, para darle paso al diciembre lleno de tristezas y dudas. Un día como el de hoy, en el año pasado, tuve mi última relación amorosa y aunque muy corta, fue la más profunda en mi vida. Todavía en estos dias, vivo esos recuerdos memorables y sé que no me hacen bien pero mi mente es algo juguetona en cuanto a eso. Desde esa última relación, se me ha hecho muy estrecho el camino de volverme a enamorar de alguien. Tengo el problema de ser muy exigente, lo cual es bueno porque yo no pretendo compartir mi vida con alguien que no valga la pena, tiene que ser el mejor. Luego de meses de extrañar mi antiguo amor, me dediqué a no pensar en el amor y comencé a poner todo mi esfuerzo y dedicación a los estudios (lo cual es bueno), pero una siempre necesita de alguien que le suba la autoestima y te moleste en el celular a cada momento para decirte lo mucho que te quiere. Un día decidí expandir mi horizonte y me dispuse a hablarle a un chico que por

En mi adolecencia experimenté sensaciones muy confusas con las cuales no sabía lidiar porque la idea de la virginidad martirisaba mi mente. Tuve novios con los cuales no pase de simples besos, hubieron otros que por la necesidad de experimentar llegué a mucho más. Creo que si mi madre supiera que su inmaculada hija tuvo sexo oral con sus últimos dos amoríos, me mataría. Pero no me importó hacerlo porque para mi no tenía ningun riesgo y ademas lo disfruté mucho. Mi madre sin querer a utilizado la psicología para que de alguna manera me reprima de experimentar. Desde muy pequeña utilizó frases repetitivas talez como: "si quedas embarazada te boto de la casa", "si metes las patas cortas todos los privilegios que tienes conmigo" y muchas otras. Todo esto a logrado que le tenga un cierto miedo a conocer muchachos y entregarme por completo. Cada vez que tuve insinuaciones sexuales, todas las ideas de embarazo no deseado, enfermedades y muchas otras, me pasaron por la ment