Signing My Blood...

A pesar de haber pasado por tantas dificultades luego del Huracán María, no me puedo quejar por las festividades familiares y la comida. He recibido varios regalos, unos personales y otros por parte de mis padres pero realmente a esta hora de la noche, sólo espero una comunicación por parte de él, si, él. Desde la noche del motel no he tenido noticias de él. Solo lo que he podido ver en sus redes sociales. He notado que ve mis cosas pero no dice nada. Anyway, mejor así porque sé que si me escribe será para ya ustedes saben qué y yo no estoy interesada en eso. Yo solo quiero otro tipo de acercamiento, uno con significado y no vacío, como él está acostumbrado a hacer. Creo que ando pidiendo demasiado esta Navidad, él ha sido mí petición para Santa y los Reyes por varios años consecutivos y este no es la excepción. Me da mucho coraje conmigo misma porque consigo tener cierta gallardía para olvidarlo pero veo una foto suya con su sonrisa y mi ser se enternece y todo vuelve a comen

Anoche nos volvimos a ver, esta vez por insistencia mía. Le hablé de él a una compañera del trabajo y ella me hizo entender que debía luchar por él y no esperar que las cosas sucedan cuando el destino quiera. Así que me tomé el atrevimiento de escribirle un par de veces en la semana, esperando que estuviera bien y de vez le enviaba una que otra foto para encender la llama. Finalmente llegó el día y le dije muy temprano, que necesitaba verlo para conseguir su motivación extrema el resto de su jornada laboral y para mi sorpresa me dijo que tenía la fiesta navideña en su trabajo, al igual que yo pero que se iba a comunicar en cuanto acabara. Yo sabía que él se iba a vestir muy guapo y eso me iba a hacer delirar. Para hacerles el cuento largo, corto, nos comunicamos y me pidió que lo buscara a su casa ya que su vehículo estaba averiado, y ahí intercambie de chofer con él ya que tenía un par de Margaritas en la cabeza y no sentía que estuviera apta para seguir guiando. Terminamos

Cómo quisiera ser un ente invisible que pudiera entrar a su habitación y conocer cada rincón y cada secreto que encierra. Ver como es la dinámica con su familia. Y más importante... saber si me piensa tanto cómo yo a él. No paro de pensar en él. Pero una mezcla de sentimientos entre lo tierno y lo carnal. En fin, me la paso excitada todo el tiempo recordando esa noche. Y viendo una foto que logré hacer que me enviara, donde se puede apreciar un poco su desnudez, lo suficiente para jugar conmigo. Es la primera vez en mi vida que pienso en futuro. Cuando me pasa por la cabeza la descabellada idea de ser madre. Esto último no de inmediato pero a largo plazo. Veo fotos con sus primitos y me causa tanta ternura. Se que sería un excelente padre. Pienso en experimentar tantas cosas que nunca he hecho, como viajar en pareja, degustar una nueva comida, escuchar una nueva canción, visitar una nueva playa, mientras yo me veo agarrada de su mano. Como me encantaría saber que él pie

Luego de pensarlo mucho, lo quiero para mí. Quiero que sea el dueño de esta ciudad y que plante bandera como un gran significado de patriotismo. Sólo necesito actuar con cabeza fría y hacer movimientos inteligentes para que él lo quiera también. Las ganas están, solo hay que fortalecerlas. Me fascina lo feliz y deseada que me hace sentir su reaparición.

Volvimos a encontrarnos en la oscuridad de la noche, sin energía eléctrica y con un fondo de generadores. Esta vez la entrega fue completa, esta vez lo sentí mío, esta vez fui suya completamente, en cuerpo y alma. Disfrutamos nuestra desnudez en su máxima expresión, como hace catorce años anhelábamos. Los años no pasan en vano, ya no era ese adolescente delgado que solía ser, era un hombre completo... ¡y que hombre! Anoche sentí que perdí mi virginidad. Sentí como si ningún otro hombre me hubiera descubierto antes, sentí todo nuevo, nuevas sensaciones, hice el amor por primera vez en mis treinta y tres años. Como resultado de la rica faena, tengo algunas marcas en mi cuerpo y no he dejado de pensar en cada detalle de nuestra noche. Mi mente todo el día ha estado pensando en él. Ando desvariando, con suspiros y mariposas en el estómago. En fin, estoy jodida. Y como es de su costumbre, hoy ni un “ buenos días.” Es como si se desprogramara cada vez que se despide. Cómo quisiera sab