Running Late

 

Nunca me había preocupado el llegar tarde a la escuela, a la Universidad, a mi trabajo o a actividades familiares o de amigos, lo que me ha chocado bastante a mis 37 años de edad, es haber llegado tarde a la vida de alguien.

Si han leído todo mi blog, se darán cuenta que soy una mujer con bastante mala suerte en el amor. He llegado tarde a la vida, de no uno, si no, tres hombres maravillosos que he conocido en los últimos dos años. He estado algo sensible en los últimos meses por problemas de salud, pero de eso no se trata ese post, de eso escribiré luego con la esperanza de no tener algo grave.

"El ingeniero"

He intentado abrir mis horizontes para conocer chicos ya que estoy harta de estar sola y justo en el momento que mi autoestima estaba a tope, comencé a hablar con este ingeniero boricua, radicado en Florida, que añadí a mi Instagram varios años antes atraída por sus imágenes contemporáneamente artísticas. Compartimos demasiados gustos en común y al pasar los meses me sentía en algún tipo de relación seria a distancia, pero con la esperanza de convencerlo de que nos conociéramos personalmente. En estos dos años de complicidad virtual, en el que no pasa ni un día en el que hablemos, él se ha atado más a Florida, estudiando más sobre su carrera, cambiando a un mejor trabajo, mudándose a un apartamento más amplio con miras de en un futuro ser dueño de uno, en fin, alejándose más de mi estúpida esperanza de que por amor, se mude nuevamente a Puerto Rico. Es un hombre excelente, inteligente y profesional, soltero, sin hijos y con un excelente sentido del humor, pero al final del día una quiere una mano tibia que agarre la tuya, unos brazos donde descansar luego de un día complicado, alguien con quien disfrutar de una tarde de playa y pues debo aceptar que a menos que me mude a Florida, es un caso perdido.

"El Crush"

Desde hace un par de años, sigo una cuenta sobre una marca de gorras bastante conocida en la Isla y siempre me había llamado la atención este chico con físico tipo tribu de Nueva Zelanda, con todo y tatuajes incluidos y con un cuerpo atléticamente envidiable, que modelaba para dicha compañía. A veces suelo ser un poco coqueta y pues tendía a tirarle mis piropos bajo las fotos publicitarias. Hace un par de meses logré dar con una de sus redes y para mi sorpresa, me añadió de vuelta. De inmediato nos comenzamos a comunicar por ratos y para mi sorpresa vive MUY cerca de mí y en cierto punto representaba una esperanza de poder conocer a alguien de cuerpo presente, con el que podría compartir, aparte que físicamente era mi tipo totalmente. Él no tiene una carreta como el ingeniero, es divorciado y tiene 3 hijos. Nunca me he visualizado como madrastra, pero este hombre tenía cierta ternura y humildad que derritió mi corazón. Un día me armé de valor y lo fui a conocer, al natural, porque a estas alturas no me interesa producirme para ningún hombre para dar una impresión incorrecta. Su trato fue muy dulce y respetuoso. Luego de eso espere a ver si continuaba la comunicación y para mi sorpresa si, aunque de forma intermitente, lo cual me desanimaba mucho porque cada semana que le tocaba tener a sus dos hijos menores, desaparecía del panorama, llegue a pensar que podía tener otra, pero no, solo dedicaba el 100% de su tiempo a sus retoños. 

El chico tiene una fascinación por el mundo de las acciones y las cryptomonedas y por ahí le hemos metido mucha comunicación, gracias a eso se dio una segunda cita, la cual concertó conmigo para “hablar de acciones”. Para hacerles el cuento largo corto, hablamos de todo, y cuando digo de todo es de TODO. Ese hombre tiene la facilidad de poder conversar sobre cualquier tema, hasta de astronomía. Entre tanto hablar me confesó que no había salido antes conmigo porque obviamente sabe que me gusta y pues él no era capaz de corresponderme ya que tenía la sospecha de tener una enfermedad de transmisión sexual y aunque la noticia debió escandalizarme, realmente me hizo pensar mejor de él. Se ha realizado los estudios y siempre da negativo, pero entiende que como su exesposa lo tuvo y luego el experimentó síntomas, lo tiene. Es un gran hombre, súper respetuoso y caballeroso, como muy pocos a estas alturas. Cualquier otro hombre, hubiera aprovechado el momento y ya. 

Al final de esa cita el quiso despedirse de mi con un saludo de manos, pero no resistí las ganas inmensas de querer besarlo y lo hice, el respondió como todo un caballero. Luego de ese día intente salir nuevamente con el pero esta esquivo, posiblemente evitando algún encuentro que se salga de control y luego él se sienta muy culpable si me llegase a pasar algo. Su enfermedad es bastante común y mientras no haya algún tipo de brote, con tener sexo seguro, basta, pero su sentido de culpa, no va a permitir tener ningún tipo de intimidad conmigo. Él me ha dolido y mucho. He sentido mucha frustración al respecto. A veces me pregunto, como no haber coincidido antes viviendo tan cerca, quizás antes de su ultimo matrimonio, antes de su enfermedad no diagnosticada.

"El Freediver"

Luego de más de 10 años de no practicar “freediving”, retomé gracias a una amiga. El mar siempre me ha brindado paz y que mejor que disfrutar de él, luego de 2 años de pandemia. El mundo del “freediving” es una subcultura, todos se conocen o intentan hacerlo y ahí estaba él, un escultural “red head” en una foto de un fotógrafo que sigo hace par de años. Indagando un poco sobre aquel “aquaman” boricua, di con su cuenta personal y de inmediato me siguió de vuelta, y nos comunicamos varias veces de forma sutilmente coqueta. Un buen día me invitó a una playa del oeste, pero para mí mala suerte, en esos momentos estaba falta de equipo porque tenía un defecto de fábrica y decline la invitación con miras a retomarlo en otro momento. Días más tarde la de la invitación fui yo, pero para mí mala suerte (normal) él tenía de trabajar. En una segunda ocasión, lo vuelvo a invitar, pero esta vez a una aventura a dos horas de distancia con cueva incluida y para mi sorpresa, me dijo que ese día lo iba a pasar con su familia porque al próximo se mudaría para California. Si, como lo dije, para Los Ángeles, California.

Con este último no me dolió tanto porque nunca nos conocimos, a penas hablamos uno o dos meses y al decirme que se mudaría a casi 900 millas de distancia de la Isla, lo saque de la lista de inmediato. Pero resulta que hace pocos días hemos retomado conversaciones y me confeso que si le interesaba mucho conocerme y por eso me invitó a hacer “freediving” con él y la sorpresa fue de el al enterarse que me hubiera gustado mucho conocerlo. Para mi mala suerte, el traslado de su trabajo se adelantó de febrero/2022 a agosto/2021. Retomamos un poco de coqueteo virtual pero la verdad es que me confesó que no regresaría a vivir a Puerto Rico y pues, ¿cómo quedo yo? La realidad es que no estoy interesada en tener una segunda relación a distancia y hay muchas cosas que me atan a esta Isla, no me veo viviendo fuera de aquí. No sé si fue buena o mala suerte no haberlo conocido porque la realidad es que, si se hubieran dado dichos encuentros y nos hubiéramos gustado mutuamente, el irse en febrero/2022, como estaba aspectado, hubiera concordado con fechas neurálgicas como mi cumpleaños y San Valentín y ahí si les digo yo que hubiera sufrido mares.

Sigo analizando mi vida y solo cabe pensar que simplemente tengo mala suerte en el amor y por eso llego tarde a la vida de estos hombres.


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