Su nueva identidad

Hace días tenía la inquietud de desahogar mis sentimientos en este blog. Ando inquieta desde las visitas de las que le hablé en mi “post” anterior. He tenido muchas ganas de verlo. Intenté el viejo truco de las indirectas por las redes sociales a ver si puedo deducir si él le pasa igual porque no lo volví a buscar y entiendo que de alguna u otra forma se tiene que sentir extraño. 

Veo sus últimas imágenes e intento descifrar su nueva identidad, esa que no conozco, que me cuesta entender, pero creo que después de todo, tiene sus beneficios. No es que el alcohol y la marihuana sean algo positivo, pero en el fondo, ahora se parece más a mí. Siento que salir de manera social ahora sería más divertido, libre más bien.

Ando divagando con la idea de inventar una salida en la que ambos podamos compartir como los amigos nunca hemos sido, tener esa confianza que nunca hemos experimentado, esa comunicación que nunca nos ha fluido. Hablar y reír de cosas sin sentido. Y volver revivir un par de besos robados y... quien sabe... tener la noche que hace 14 años hemos estado esperando. Dejarnos llevar por nuestras añejadas ganas y confundir su aliento con el mío.

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