Desvariando

¿Qué les puedo contar? Finalmente se dió un pequeño encuentro entre nosotros. El me buscó la vuelta y realmente yo anhelaba tanto o más que él, que eso pasara. Llegó como siempre, como un torbellino, justo como yo lo quería. Entre besos y caricias nos fuimos sumergiendo entre la lujuria, fuimos descubriendo cosas nuevas. Descubriendo un poco nuestros cuerpos, sintiendo que nos pertenecíamos uno al otro. 

Luego de todo ese rato de esa pequeña locura en la oscuridad de la noche que estaba ausente de energía eléctrica, me comenzó a reclamar en inglés, porque él quería ir a un lugar donde podíamos experimentarlo todo tranquilamente y con toda la libertad. Me quedé en deuda, según él. Un tierno beso culminó la faena y yo sin poder creer que eso había pasado. Me quede con el olor de su perfume impregnado a mí piel.

Intente calmar mi mar de emociones e intenté dormir pero, fue fallido. Solo pensaba una y otra vez en sus besos, en sus labios, en su lengua entre mis piernas, en su miembro excitado en mis manos. No pude dormir nada. Cuanto anhelé vivir sola en ese momento y que en vez de irse, se hubiera quedado a dormir conmigo, acariciando mis cabellos y calentando nuestros cuerpos y entregándonos a un sueño profundo y placentero.

Como siempre me pasa con él, esperé alguna reacción al otro día del suceso y no obtuve nada, al segundo día le deseé un lindo día y el me contestó rápidamente un “igual que usted”. Siempre hemos utilizado ese tipo de relación de respeto entre nosotros. Se la ha pasado utilizando las redes sociales para poner frases en forma de indirectas que me encantarían que fueran para mí pero estoy muy pesimista con él y no es para menos. Siento que en realidad el tiene un amor imposible y me busca para desahogar sus represiones al respecto.

Ando desvariando como lo hace él por esa otra mujer, queriendo en el fondo ser ella, esa que es protagonista de más de uno de sus escritos. Lo quiero para mí pero realmente no se que hacer, no se como hacer el acercamiento y decirle sin sentir que me va a ignorar. Lo quiero para una noche de parranda, para una cena, cine o playa, y para tenerlo en la cama. De lo único que estoy segura es que lo quiero en mi vida, definitivamente no puedo borrarlo como alguna vez intenté porque siempre terminamos buscándonos.

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